La fotografía y la memoria
“Cuando un artista crea una imagen, siempre está también superando su pensamiento, que es una nada en comparación a la imagen del mundo captada emocionalmente, imagen que para el es una revelación. Ya que el pensamiento es efímero; la imagen, absoluta.”, así piensa Andrei Tarkovsky con respecto a lo que es la imagen en sí, y la cual comparto indiscutiblemente. Crear una fotografía es crear vida y muerte en el mismo momento, se congela lo que es un momento en la vida, y se lo lleva a la eternidad; lo mismo pasa con la memoria de alguna manera, vivimos para después depositar toda imagen vivida hacia en ese lugar caótico y eterno llamado memoria; lo que nos convertiría en una especie de cámaras humanas ambulantes, en donde captamos cada segundo que transcurre. ¿Acaso la vida es una continua fotografía?; el siguiente escrito tratará de analizar la fotografía y la memoria de manera separada, para así llegar a un punto de entendimiento de porqué estos dos elementos se complementan.
La Fotografía es el arte y/o la técnica de obtener imágenes duraderas debido a la acción de la luz, o al menos es interpretada de esa manera. Empezó con el daguerrotipo, el cual consistía en la obtención de una imagen sobre una superficie de plata pulida; y fue evolucionando con su pasar de los años hasta hoy en día, que la fotografía pasa a ser digital. Su mero objetivo es captar la vida, su esencia, captar lo real, lo tangible, lo absoluto; desde sus comienzos los seres humanos han tratado de reflejar o representar la vida, y esto lo podemos evidenciar en la pinturas y sus diversas formas de representaciones, y la fotografía fue su sucesora.
La memoria por su parte, es una palabra que se la puede usar con diversos significados y en diversas circunstancias también. “Memoria es la facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado. Es la huella o vestigio (material o inmaterial) del ayer, o incluso el pasado mismo visto desde la actualidad del sujeto. Hacer memoria es el acto mediante el cual (consciente o inconscientemente) enunciamos para otros, o para nosotros mismos, acontecimientos del pasado propio o compartido. El mismo vocablo se utiliza para referirse a la facultad mental de todo individuo, al objeto material, al pasado propio y colectivo y al acto de recordar. Incluso se refiere a este supuesto espacio, pequeño cofre, dentro de nuestro cerebro, en donde cuidadosamente atesoramos aquello que recordamos, o creemos recordar, sobre lo que ha pasado en nuestra vida y en nuestro entorno.”
Comprendiendo estas dos palabras y que denotan, connotan a la vez, se puede encontrar alguna semejanza en ellas. Ya que al momento de tomar una fotografía se está creando una memoria indiferentemente al tiempo; cuando se toma la fotografía se lo hace en un tiempo presente, de una memoria presente que pasará a ser pasada al cabo de unos minutos más y por que no también futura, pues la fotografía “secciona” o “corta” un pedazo del mundo para los ojos de quienes estén después de nosotros. La memoria nos permite recordar, nos permite volver al pasado en el presente; de una forma u otra se podría decir que recordar es viajar en el tiempo y la memoria sería la maquina propulsora para que se dé. Entonces, la fotografía sería también una especie de vehículo para el recuerdo individual o colectivo. Es así cuando observamos fotografías de épocas pasadas, estamos viajando a la memoria individual del sujeto que capturó ese momento en la vida de alguna manera.
La praxis fotográfica es similar a la praxis de la memoria, pues toda fotografía tiene un fuera de campo más amplio que el contenido de la imagen misma; y es así como funciona también nuestra memoria o nosotros mismos, ya que solo estamos conscientes de nuestra perspectiva hacia el mundo y lo que nos sucede, sería imposible observar lo que observa cada persona al mismo tiempo; cada individuo siente, piensa y percibe diferente. Tal vez para eso está la fotografía, para retratar lugares o personas en un momento preciso y único para siempre, y recordar después de haberla captado.

Fotógrafos como Garry Winogrand, Linda Eastman, Martha Cooper, entre otros; han utilizado la fotografía para retratar acciones cotidianas en la vida y así a la misma vez contribuyen a la memoria. Por ejemplo, Garry Winogrand, con su libro Women are Beautiful, intenta retratar a mujeres de todo Estados Unidos que el considera hermosas, haciendo lo que estaban haciendo en el momento en que fueron fotografiadas.
Ésta fotografía llamada Pretzel, es uno de las que están dentro del libro Women are Beautiful. En donde podemos observar como una chica come un pretzel en la ciudad de Nueva York en los años sesenta. En sí, esta fotografía es solo un recuerdo de lo que sucedió en un momento preciso en las calles de Nueva York en el año 1969; podemos ahora apreciar en el 2016 a una joven que probablemente ya sea una anciana, y a la vez estamos ahora recordando con tan solo observar sin necesidad de conocerla. Con esto, me refiero a que se plasma la eternidad en la foto.
En conclusión, podemos decir que la fotografía no es más que un vehículo hacia el recuerdo y participa junto con la memoria, tal vez no sean lo mismo ya que una es tangible y otra intangible pero su esencia y lo que nos hacen sentir es la misma.